17 de octubre de 2024

El vino de Schrödinger

A veces, cuando estoy en la cancha viendo fútbol, experimento un fenómeno extraño. Escucho un grito a lo lejos y una parte de mi cerebro me indica: “Hubo un gol. Atento porque ahora lo vas a ver”. Es, por supuesto, la parte de mi cerebro más afectada por el hábito de ver fútbol por televisión, la que sabe que siempre hay un vecino al que la señal le llega antes que a mí, la que recuerda que aunque la pantalla diga vivo siempre hay un retraso, eso que llaman delay. Desde luego, la sensación dura un instante, apenas una fracción de segundo. De inmediato, el resto de mi cerebro responde: “Estás en la cancha, idiota, estás viendo el partido en directo, sin mediaciones, nadie puede haber visto el gol antes que vos”. Me pasó muchas veces y me volverá a suceder.

3 de octubre de 2024

Algunos apuntes sobre manejar

Obtuve mi licencia de conducir hace tres años y medio. El primer paso, antes de rendir el examen teórico, fue hacer un cursito online que, además de enumerar las normas de tránsito esenciales, ofrecía algunas enseñanzas extrapolables al resto de la vida. Por ejemplo: la prioridad en la circulación no es la velocidad sino la fluidez. No importa tanto ir rápido como mantenerse en movimiento, sin detenerse. O también: si ves que alguien comete una infracción, no intentes darle una lección, ni mucho menos vengarte. Que esa persona siga su camino y vos seguí el tuyo. No recuerdo con qué palabras exactas lo decía, pero la idea era esa. Después rendí el examen práctico. Como estábamos todavía en pandemia, manejé sin un evaluador sentado al lado. Supongo que eso me vino bien. Igual me estresé y me dolió la cabeza desde varios días antes de la prueba hasta varios días después.